fragmento 23
Sobre la naturaleza de dios según Jenófanes de Colofón
el piso limpio, cubierto de guirnaldas las mesas rebosantes de alimentos el vino se derrama de las copas y las ramas báquicas del abeto como siempre alrededor de la sólida morada pero Jenófanes sale afuera tras llenar los pulmones del aire de la noche arranca la mirada del mundo que lo rodea y dirige sus ojos a lo profundo del cielo intuye la presencia de un único e inconmensurable dios que se confunde con el cosmos en extensión y duración; ingénito e indestructible nada lo iguala en grandeza; un dios vivo cuya percepción absoluta todo lo ve, todo lo oye todo lo puede; y estremece las cosas por pura voluntad de su pensamiento se da cuenta entonces que ningún hombre ha conocido ni conocerá sobre dios porque el Todo no acepta ser puesto en términos humanos porque no es propio de la naturaleza humana conocer la verdad las ramas báquicas del abeto terminan de cubrir todo alrededor de la sólida morada Jenófanes se aleja errante va de un lado a otro llevándose a sí mismo de ciudad en ciudad

